miércoles, 4 de mayo de 2011

Preludio del Sabio 3 Dedos


Encontrando de a poquito el equilibrio, centrándome, simetrizándome. Voy pareciéndome un poco más a mi, el reflejo va asimilando la forma. Naturaleza. Maybe a lake. Tirás una piedra y las ondas que se van propagando, hasta que llegan quien sabe a donde. Júpiter, tal vez, o Marte. Un cinturón entre ellos, uno de tachas, sistema metalero. El sol en la cabeza, la luna en el pecho, y un montón de asteroides a los pies, como canicas para resbalar hasta caer, o avanzar más rápido. Depende de la suerte... jajajajaaja ok, si, "suerte".

-Qué demonios te pasa?
-Nada.
-Cómo que nada?
-Nada, te digo.

Y como es el soberano de la blogósfera, tuve que largarme inside the lago. Los peces saltaban a mi alrededor, como Willy en liberen a Willy. Como Charlie en su fábrica. Como Pancho por su casa. Como un pancho sin mostaza. Está rico. Aunque como bien decía un sabio contemporáneo: "el hip hop es como un pancho, pero sin pan", o algo así. Nunca entendí como ese sabio no solo quedó en el más absoluto anonimato, sino que además le quedaron solo 3 dedos. Las cizallas son muy peligrosas, pero no fue así como este don se mutiló. Es algo que no tiene nada que ver con cizallas o elementos cortantes de esa índole. En serio, basta. BASTA, DIGO!

La cosa fue así: un día, en la lejana región de Salmuera, en el reino de Tos Convulsa (o con blusa, aún hay divergencias entre los historiadores), había un sabio que andaba siempre con bata, pantuflas sexies y una pipa de burbujas. Lo llamaban "el loquito del pueblo", nunca supe porqué. Este señor se sentaba en la piedra más hermosa que hayas visto, en un lugar privilegiado. Desde allí podía verse toda la ciudad, se veía cómo las personas pasaban y paseaban de aquí para allá, cumpliendo con sus deberes cívicos, morales y perez. El chabón le sacaba la ficha a todos, era como Terminator. Incluso tenía un ojo rojo, y no era por el faso (recordará el lector que el don fumaba burbujas, que se piensa, que son todos como usted?). En el fatídico día que viene al caso, un barco terrestre se acercó hasta la piedra en donde se sentaba nuestro protagonista, y con voz de pito el barco preguntó:

-Aquí venden tablas periódicas? 
-No.- dijo el sabio.
-Ah bueno, chau - dijo el barco.
-No, pará pará, era una joda, bah, en realidad era una prueba. Pero la pasaste, veo que te han instruido bien. Tenés las burbujas? - preguntó el hombre.
-Por su pollo - contestó la embarcación, mientras le entregaba un cofre lleno de brillantes burbujas multicolores.
-Excelente - dijo Burns el sabio.

Al abrir el cofre, una sorpresa le esperaba. El pulpo Paul había regresado! En menos de lo que canta un chicken le arrancó el anular, el medio y el pulgar, con chorros tarantinescos decorando el lugar.

-¡Esto es por comer mariscos en Puerto Madero! - exclamó Paul. - ¡Uno de esos mariscos era mi prometida! - agregó.
-Ahhh, pero yo no hice nada, es más, todavía faltan siglos para que se invente Buenos Aires! - dijo entre lágrimas de dolor el sabioloco.
-Oh, ya veo.. perdón entonces... creo que me soltaron muy tempranamente... estem... creo que me voy a Alemania a ser el sucesor de Nostradamus - dijo el pulpo y se evaporó, dejando un halo de misterio en el ambiente.

El sabio quedó solo y malherido, el barco sin saber que hacer ante tal error levantó su cubierta cual vestido acampanado y sigilosamente se fue alejando para luego echar a correr. Totalmente desolado, sollozando compulsivamente, el sabio y su reputación quedaron allí, en la piedra más hermosa que hayas visto, marchitándose lentamente mientras la cámara va alejándose y se escucha una lastimosa melodía de violines.

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