lunes, 9 de mayo de 2011

Viviendo entre pulpos y aderezos


Meto las manos en los bolsillos y comienzo a caminar. Con trancos largos y anchos, una sonrisa insana y ojos arqueados voy saludando a todos los que me miran y me señalan como si tuviera un pulpo en la cara. "Es mi mascota" les digo. Nadie quiere a Pierre. Es un buen pulpo, se lleva bien con Pandora, la mostaza. Yo se que vos estás pensando "es muy difícil que pulpos y mostazas se lleven bien", pero estos dos son muy compañeros. Incluso se cuidan en las noches en las que debo dejarlos para mis trotes nocturnos por el hipódromo. Es un excelente lugar para descargar energías, el problema es que después tengo que enchufarme en un árbol para recargar baterías. A veces me encuentro con amigos y jugamos al fútbol con mi cabeza, otras veces cuando va Arnold jugamos al rugby. Helga es la primera en estar allí, anotando un touch down. Por supuesto yo le digo, tirando los hombros hacia atrás y con voz sobradora "esto es rugby. Las anotaciones se llaman pestañas". Ella me mira con cara de ¬¬ y golpea mi brazo con todas mis fuerzas. Menos mal que no soy un zombie, sino tendría que meter el brazo en la mochila para pegarlo en casita. De pronto se me apetece un jugoso cerebro, pero recuerdo que los supermercados cierran a las 22. "Otra vez será" pienso.

Vuelvo a casa. En una carretilla voy llevando mis piernas, más bien la carretilla me lleva a mi. Yo voy remando con hisopos, debo hacerlo muy rápido para no perder la estabilidad. De pronto recuerdo... la colina abajo! Me aproximo peligrosamente a las cataratas, ya es tarde, la corriente me empuja y caigo al remolino. El agua ingresa velozmente a mi cuerpo hasta llenarlo completamente. Por fortuna un cazador me disparó desde la selva, confundiéndome con un puercoespín. Se sabe que su carne es muy codiciada en Suecia. El agua comenzó a escapar por los agujeros, desinflándome y dejándome como un cachorro mojado. Le doy las gracias como es debido al forastero y vuelvo a subir a mi carretilla. Al llegar a casa los veo, el pulpo y la mostaza abrazados a los pies de la heladera. Momento, ¿están haciendo cucharita? Bueno, un integrante más a la familia. Tendría que haberlo deducido, hierro fundido, aleaciones, los pedazos de plástico, el torno y la mostaza terminando de ensamblar una bella cucharita para el té.

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