martes, 15 de marzo de 2011

Café, el liberador de mentes


Oh café, fruto de árboles abisinios
dios de ancianos, adultos y niños
elevo mi canto en alabanza
aunque se que esto no alcanza
para describir mi sentimiento
por la bebida elaborada
de la planta más amada
por la tierra y por el viento.


La materia oscura y malvada
que ingresa a mi mente
es fácilmente liberada
por un café omnipotente
que aniquila pensamientos
que perturban mi cabeza
es así como me siento
al beber mi cerveza

-No es cerveza, es café -
dice el duende de santa fe
-Volvé a irlanda, atrevido -
le contesto al santafesino.
Yo sé que tomas vino
y acá te haces el cheto
no se usted a que vino
duende pseudo recoleto.

-Vine a aclarar las cosas
se salieron de control
yo prefiero la prosa
para contar mi versión.

Se nota que la poesía no es lo tuyo
le dije al duende cuyo
sombrero se había caido
"Eso es trampa amigo"

Esto se fue al carajo che, haciendo trampa de esa manera, vos también escribis prosa como yo, apestas a rayos con tu poesía, ni siquiera rima, sos como el pity alvarez cantando pila pila.
Mira duende santafesino, esta es MI poesía, MI historia y hago lo que se me antoje porque es MÍO. Si quiero te borro y sigo solo, ahora si me disculpas tengo un café que beber.



Dale, anda a beber tu amado café, yo escribiré mi propia versión, y lo haré aquí mismo, muahahahahaaaaa

(Continuará)

miércoles, 9 de marzo de 2011

Perfume: los mitos finalmente revelados


El perfume, adicción de algunas personas, la némesis de otras, siempre se las arregla para estar presente en nuestra vida cotidiana, pero... cual es la verdad detrás del perfume? Vení, acercate al fogón que yo te cuento. Dice la leyenda que hace muchos, muchos años, en una extraña región llamada París, habitaba un monje que padecía de un olor a chivo espantoso. Marchitaba las plantas al pasar, los cuerpos entraban en descomposición, la tierra se volvía infértil, en fin como te podrás imaginar una baranda de aquellas. Un buen día este señor encontró un frasquito con un líquido medio extraño. Fiel a la curiosidad innata de estos seres conocidos comunmente como "personas" decidió abrirlo.

(Cámara subjetiva desde adentro del frasco zigzagueando hacia afuera hasta las fosas nasales del monje) - Puaaaaaaaaaaaaj, que demonios es esto? .- dijo totalmente disgustado. El olor putrefacto pudrió su prominente napia hasta niveles astronómicos, provocando su fruncimiento acompañado por un gesto de boca y una arcada. El anti-aroma penetró duramente en el monje, tanto que logró neutralizar su propio hedor nauseabundo. Plimp! hizo la lamparita que estaba arriba de su cabeza. Sin querer se había apoyado en el interruptor, pero la luz que lo encandiló ilustró perfectamente la idea que se le había generado en los confines de su cerebro. Si lograba concentrar un olor del mismo tamaño que el propio, podría neutralizarlos y pasar desapercibido ante las poco agraciadas plantas que debían convivir con él. Entonces puso manos a la obra, pero aún le faltaba un nombre a su descubrimiento.

En otro buen día, un caminante que pasaba por allí le preguntó por Penélope, pero como no estaba en el pueblo y se sentían un poco solos, bueno, esteeem, se quedaron charlando. Esas ideas que tenes eh? Bueno, la cuestión es que el viajero andaba con mucho opio del poderoso, y se quedaron fumando en una pipa gandalfesca mientras iban y venian los barcos hechos de humo, navegando por mares de humo llenos de peces de humo con sus tripas de humo. Ya iban tomando confianza y el monje decide contarle acerca de su creación.

- Uhh que bueno loco, tenemos que armar una empresa con esto - dijo el viajero.
- Es buena idea, pero hay un problema... las empresas todavía no existen! - observó atinadamente el monje. 
- Bueno, bueno, está bien, como es que se hacen las cosas en esta época? - preguntó retóricamente el caminante capitalista mientras buscaba algo en un libro - acá está, si querés lo que podemos hacer es lo siguiente: vos fabricas varias copias de este invento y yo lo doy a conocer en el mundo!
- Mmm bueno, pero necesita un nombre todavía - dijo el medio huevón monje.
- Llamémoslo "la fragancia que desvela la cornisa de fuego latente en cada neurona pulmonar del universo" - dijo el viajero ayudando su expresión con un ademán del brazo derecho.
- Vos estás fumado, es más, diría totalmente fumado... teniendo en cuenta el prefijo "per-", que denota intensidad o totalidad, diría aún más atinadamente que estás per-fumado. - sentenció el oloroso lugareño.
- Ahí está! perfumado! si estoy perfumado con este producto que hiciste, significa que es perfume! - exclamó entusiasta el caminante mirando su reloj infantil. - Oh, ya se me hizo tarde, debo irme - le dije al monje y desaparecí de su vista dejando un halo amarillento tras de mí. 

sábado, 5 de marzo de 2011

Sin salida


Los loquitos se enfadaron y cerraron la puerta con llave, así sin dar explicación alguna. Se dijeron que nunca más volverían, que avanzaban con la cabeza en alto sin convertirse en piedra o sal de ahí chivita porque el lobo feroz te va a comer con esos ojos tan grandes que tiene. Los lobos tienen semejanzas con los locos, tampoco miran atrás al cerrar una puerta de esa manera, con tanta determinación. Pero este es el principio y para ser digno de sí debe comenzar a contar algo. Si bien el preludio de los locos sirve como para preguntarse "y esto que onda?" lo que viene puede ser aún peor. Ya hemos hablado de esto, o lo imaginé, pero lo importante es que no te lo voy a contar, ya fue, jodete loco por llegar tarde. Si te pensabas que te iba a contar, que realmente iba a confiar en vos y tu cara de rata de laboratorio definitivamente es porque habías fumado antártida de la buena, o de la mala para ser más correcto. Ese orégano te hace mal y lo sabés, y yo con gente así no hablo, porque mi mamá me dijo que no debo hablar con desconocidos, y mucho menos si tienen un mambo re copado, parafraseando a la tana. También me dijo que debo pensar por mi mismo, y eso es lo que hago. Me dice muchas cosas, me cuenta historias de cuando caminaba por la nube voladora y se caía volando como helloween, chillido aguilar como ese que salió de la mismísima nada aquella tarde veraniega del dos mil y pico. Pico y pala, pala mierda no hay mejor que una buena pala que eleve el defeco y riegue en una lluvia marrón los árboles y las casas, mientras un hombre de traje levanta la vista para que lo último que vea sea la cacona aterrizando en su nariz de seda de persia. Perseo, gran personaje del que no se nada, la nada de la que también ya hablamos, y me doy cuenta que ni siquiera tiene sentido que leas todo esto, la mayoría ya está dicho, solo escribo por placer y vos deberías haberte ido ya, como que es al pedo que sigas acá mirando como estúpido estas hojas vacías de contenido que te miran como diciendo "y vos que me mirás, te debo algo?". Si ya se, re bardera la hoja, pero sabemos que ellas son así, les gusta andar apurando a la gente, y más que nada a los que son así como vos, con esa caripela por 200. Yo le digo "loco rescatate" nah mentira jaja te pensás que voy a decirle así? Por Buddha, veo que no me conocés bien, vos también le haces caso a cualquier cosa que te dicen. Así no se puede construir una conversación, se necesita un mínimo de coherencia porque sino estamos como los tomates verdes. Bueno che ya me cansé y vos que no te decidís a irte, así que aquí te dejo, espero que te diviertas, no se, que se yo, ponete a leer otra cosa.
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